martes, 20 de enero de 2015

Crítica de 'Babadook'. Terror sin explicaciones


Dirigida por:  Jennifer Kent Intérpretes: Essie Davis, Noah Wiseman, Daniel Henshall.  País: Australia Duración: 95 min Género: Terror

Valoración: 3,5 / 5
Casi siete años después de la violenta muerte de su marido, Amelia (Essie Davis) no se ha recuperado todavía del duro golpe, pero tiene que educar a Samuel (Noah Wiseman) que vive aterrorizado por un monstruo que se le aparece en sueños y amenaza con matarlos. La situación empeora cuando de repente aparece un libro de cuentos llamado The Babadook y el niño asegura que su protagonista viene a visitarles por las noches.

Babadook es la ópera prima de Jennifer Kent, quien en esta ocasión abandona el traje de actriz para enfundarse el de escritora y directora en esta historiaestrenada en el pasado Festival de Sitges, donde se alzó con el Premio del Jurado y mejor actriz para Essie David (soberbia en su papel de madre desequilibrada). Su sofisticado, y calculado al milímetro, ambiente claustrófico encerrado entre las paredes de un "dulce" hogar ya nos advierte de primera hora que la cinta no es una película de género al uso.


En sus pocos más de noventa minutos de metraje, el filme guarda alguna que otra lectura no apta para amantes del terror plano y sin desarrollo: abandono, desequilibrios emocionales, traumas del pasado, problemas de adaptación...¿Entonces es un drama drisfrazado de terror? Pues no se equivoquen.Babadook da miedo pero precisamente porque parte de una premisa terrenal, palpable para cualquier ser humano. No es un thriller psicológico ni tampoco una cinta de terror al uso con su habitual explotación de clichés y golpes de efectos. Babadook es un terror más inteligente, capaz de ponernos los pelos de punta con la materialización del monstruo que habita en cada uno de nosotros y que, en determinadas circunstancias de nuestras vidas, amenaza con escaparse de su encierro sin poder remediarlo.



Y es que Jennifer Kent pone sobre la mesa un claro ejemplo de cómo terminar haciendo una película donde terror y drama caminan de la mano sin reprocharse nada. Un placer para los amantes del género que esperan siempre algo más, aunque ese algo más termine por matar al miedo.

Lo mejor: Essie Davis  y Noah Wiseman son unos madre e hijos perfectos.
Lo peor: dejar todo a la interpretación del espectador conlleva riesgos.