martes, 27 de enero de 2015

Crítica de 'Annie'. Un musical sin emociones


Dirigida por: Will Gluck Intérpretes: Quvenzhane Wallis, Jamie Foxx, Cameron Díaz, Rose Byrne. País: EE.UU. Duración: 118 min Género: Musical

Valoración: 2,5 / 5
Dentro de los variados géneros cinematográficos que se pueden disfrutar hoy en día, hay uno que posiblemente sea mi debilidad: el musical. Aunque intento ser parcial y lo más objetivo posible, es cierto que cualquier película musical me puede ganar si su banda sonora endulza mis oídos o descubre las cualidades vocales de un actor que desconocía. Por eso, no os engaño si digo que 'Moulin Rouge' o 'Los Miserables' se encuentran entre mis películas favoritas, pero 'Annie', a pesar de contar con algunos aspectos interesantes que más tarde comentaré, no entra por los ojos, ni por el corazón ni por los oídos.

Hacer un remake de un clásico tan querido y tan recordado pocas veces sale bien, porque las comparaciones con lo original siempre acaban siendo malas. Y si encima todo lo bonito que tenía lo conviertes en una trama superficial, carente de sentimiento y tan líneal y fría, tienes todas las que perder. No en vano, el director es Will Gluck, autor de cintas tan patéticas como 'Con derecho a roce' o 'Guerra de Cheerleaders'. Rl género músical es uno de los más difíciles de adaptar en el cine y requiere sí o sí de un director que sepa desenvolverse con soltura, como hemos visto recientemente con Rob Marshall en 'Into the Woods'.


Los números músicales son sosos, falta originalidad y están rodados con una falta de ganas y energía que traspasan la pantalla con esos planos carentes de personalidad e ingenio alguno. Ni se aprovecha el ritmo de la música, ni los decorados (igual de simples que trama) y para colmo logra que actores tan respetados como Jamie Foxx o Cameron Díaz logren las peores interpretaciones de su carrera. El primero lo intenta, pero tarda una barbaridad en hacerse con su personaje (el típico multimillonario que cambia cuando convive con la pequeña Annie) y la segunda en ningún momento se encuentra cómoda con su papel, la mujer que tiene en acogida a la niña y que se basa en repetir la misma frase una y otra vez en estado de embriaguez, consiguiendo verdaderos momentos de ridiculez, tanto para la película como para la actriz.

Lo único bueno (y bueno de verdad) es la pequeña Quvenzhane Wallis. Su sonrisa enamora, pone al espectador de su lado y es la que consigue que la película sea soportable hasta el final, porque lo único que deseas es que la niña tenga un final feliz. El problema lo tenemos en la versión española. En las canciones (dobladas al castellano, no como en 'Into the Woods') pone la voz María Parrado, ganadora del talent La Voz kids. Canta muy bien y, aunque intenta disimular su acento andaluz, hay que reconocer que por mucha que quiera, no pega para nada con el aspecto de Quvenzhane. Y para redondear el esperpento de los números musicales, la traducción de las letras no casa en ningun momento con la sicronización labial, lo que conlleva a que las actuaciones musicales sean incómodas de ver y lo más triste, que no sean creíbles.

'Annie' es difícil de ver por lo que hubiera podido ser: un decente y bonito musical que los más pequeños disfrutaran con las canciones que todos hemos escuchado alguna vez. Pero con este remake de Will Gluck, tan simple y carente de algún atisbo de emoción, no es más que una mancha negra en la carrera de actores tan consagrados como Jamie Foxx y Cameron Díaz. Al menos tenemos el consuelo de Quvenzhane Wallis, una pequeña luz entre tanto desastre.

Lo mejor: Annie, para comérsela.
Lo peor: que no sea recomendable ni para los más pequeños.