miércoles, 14 de mayo de 2014

Crítica de 'Por un puñado de besos'. Un drama que se convierte en comedia sin pretenderlo


Dirigida por: David Menkes Intérpretes: Martiño Rivas, Ana de Armas, Megan Montaner, Marina Salas,  País: España Duración: 98 min Género: Drama, romántico

Valoración: 2 / 5
Si cuando veas las escenas de créditos al inicio de la película, te entran ganas de salir corriendo del cine (yo me tuve que contener), mi consejo que es que lo hagas, porque 'Por un puñado de besos' es un esperpento que se queda a muy poco de que no pueda llamarse cine, sino broma. Eso es lo que pensaron los periodistas que asistieron a la proyección de la película en el Festival de Málaga, donde la mitad no acabaron de verla y la otra acabó abucheando. Aunque a mí no me parece una actitud adecuada para un profesional, sí es verdad que hay varios momentos que debes contener la risa para no molestar al de al lado y eso si no es él el que se está riendo a carcajadas, pero no por la gracia del film, sino por un cúmulo de frases, momentos y situaciones de este drama que acaban provocando risa. Una risa por no llorar.

Basada en la novela 'Un poco de abril, algo de mayo y mucho de septiembre' de Jordi Sierra i Fabra, cuenta la historia de Sol (Ana de Armas), una chica seropositivo que tras superar la mala noticia, busca un chico con la misma enfermedad con el que pueda vivir el tiempo al máximo. Ese chico es Dani (Martiño Rivas), un diseñador de webs, que se enamora de ella haciendo replantearle muchas cosas de su vida.


El problema de fondo es que el guión se puede calificar de patético. Si lo hubiera escrito un niño en el colegio le hubieran suspendido. El espectador se ve obligado a sufrir escena tras escena a ver cómo se van conociendo mejor y no es de otro modo que con conversaciones donde el nivel intelectual está al nivel de una cucaracha, llegando a adivinar incluso lo próximo que van a decir. Concretamente Dani, el personaje de Martiño, acaba pareciendo medio bobo, ya que solo habla con monosílabos y haciendo preguntas con respuestas muy muy obvias. Podría cansarme a citar ejemplos, pero el colmo se lo lleva una escena en la que Sol corre bajo la lluvia y cuando llega a casa dice: "Necesitaba sentirme viva". Y así varias. O una vecina cotilla que siempre mira a la pareja en el patio poniendo caras de alegría al verles que se quieren y de tristeza cuando los ve separados. Y para colmo, es la clave para el desenlace final. Un personaje al que no se le ve cara. Todo roza lo ridículo.


Luego tenemos dos secundarias a las que les quieres tener cariño por las actrices que les dan vida, pero es que son como robots soltando típicos uno tras otro. Megan Montaner hace de la amiga de Dani, en una actuación bastante forzada de la actriz, como si hubiera ido al rodaje de paso. Y de la amiga de Sol la hace una siempre iluminada de la vida Marina Salas, que siempre parece que haga el mismo personaje. Precisamente ella protagoniza uno de esos momentos hilarantes de la película. De repente, aparece en el escaparate de una tienda donde se han metido los protagonistas explicando a la cámara cómo es Sol. Ese recurso lo puedes utilizar cuando va a ser habitual en la película, pero de no de forma individual sólo porque al director le pareció que la idea era buena. Descalabro.

Pero que se va a esperar si el guión está firmado por David Menkes, que también hace las veces de director, un hombre que puso imágenes a un texto de nuestra exminitra González Sinde. Quizá la mejor manera de explicar el despropósito de 'Por un puñado de besos' sea decir que mejora a 'Mentiras y gordas'.


Por otra parte, Martiño Rivas está como Martiño Rivas. Hubiera estado bien que en vez de algunas de las ideas que han tenido para la película, hubieran decidido poner subtítulos para entender lo que dice el actor. Sigue con sus problemas de dicción y con caras que dicen lo que contrario a lo que suelta por la boca. Si hay algo que podemos salvar de la quema de este esperpento es Ana de Armas, que hace lo que puede con un personaje que en vez de ser seropositivo parece que tiene un trastorno de doble personalidad. Una cosa es ser vital y otra... pero al menos consigue que empatices con ella y que te caiga bien, que el público tenga algo con lo que mantenerse visionando la película.


Al menos, 'Por un puñado de besos' tiene un mensaje claro y que es muy bueno para todos los adolescentes que seguro irán a ver la película. Hay que usar protección en el sexo, porque el peligro puede aparecer cuando menos te lo esperas. Ejemplifica bien lo que supone contagiarse de una enfermedad por una locura fiestera y vivir siempre con esa carga, porque como dice el personaje de Sol, "somos tiempo y cuando se acaba, ¿qué somos?".

Lo mejor: Usa preservativo para olvidarte de todas estas historias.
Lo peor: que se piensen que por poner a actores guapos los espectadores vamos a acudir en masa a las salas.